

Me quedé con cierta gana de hablar pero gozando de ese silencio casi perpetuo… darte un abrazo, y por siempre... como aquél que nos dimos sobre avenida Chapultepec esquina con general González Hernández frente a un
7eleven casi de madrugada, donde nos juntamos sólo para coincidir después de fiestas separadas y conversar cinco o diez minutos…
y partir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario